Está en boca de todos, y es una de las tecnologías más en auge en los últimos años; sin embargo, ¿en qué consiste exactamente el blockchain? Esta tecnología se ha hecho especialmente popular por su aplicación en el ámbito de las cryptocurrencies, pero no es ni mucho menos su única utilidad.
¿Qué es el blockchain?
El blockchain es un sistema de registro de la información de forma que es muy difícil o incluso imposible el editarla o piratearla. Hay quienes definen esta tecnología como un libro de contabilidad digital que se duplica y distribuye por toda la red de sistemas de la cadena de bloques (blockchain). Cada bloque contiene un número de transacciones, y cada vez que se produce una nueva transacción en la cadena, se añade un registro al libro de contabilidad de cada participante.
Es precisamente su estructura lo que ha convertido al blockchain en la tecnología preferida de las finanzas y es que el principal problema que afronta el dinero digital (y lo que ha hecho que experimentos anteriores fallaran) es la confianza. Así pues, el blockchain depende de sus usuarios y es que para modificar (o piratear) el sistema habría que modificar cada uno de los bloques de la cadena, en cada una de sus versiones distribuidas. Esto es lo que ha convertido a esta tecnología en sinónimo de seguridad digital.
Usos y aplicaciones
Aunque el blockchain nació como el sistema en el que operaría Bitcoin, actualmente las aplicaciones de esta tecnología se están multiplicando en diferentes áreas debido a su seguridad y transparencia.
En el ámbito de las finanzas, el blockchain ofrece alternativas seguras para operaciones como los pagos y transferencias internacionales, de gran utilidad a la hora de llevar a cabo operaciones internacionales como pagos o transferencias, o a la hora de crear una protección ante blanqueo de capitales
En otras áreas de negocio también se están explorando ya las posibilidades que ofrece esta tecnología: en supply chain, por ejemplo, la implementación de blockchain podría facilitar tareas como el seguimiento en tiempo real de la mercancía, que va moviéndose de mano en mano a lo largo de la cadena de suministro. Otro ejemplo, en este caso en el sector de la energía: el blockchain podría utilizarse para ejecutar transacciones de suministro de energía, así como para proporcionar la base de procesos de medición, facturación y compensación. En el sector de los medios de comunicación, el blockchain ya está siendo implantado por algunas compañías para eliminar fraudes, reducir costes e incluso proteger derechos de propiedad intelectual.
Finalmente, el sector público también puede beneficiarse de las tecnologías blockchain. Esta tecnología podría hacer el proceso de voto más accesible, al tiempo que mejora la seguridad del mismo. Y es que, si cada voto está asociado a un ID (siendo la creación de IDs falsos imposible), el recuento de votos sería más eficiente y efectivo, y estaría a salvo de piratas informáticos dado que, en el caso de que alguno accediera al terminal, no sería capaz de afectar a otros bloques.
Así pues, las posibilidades que ofrece el blockchain son prácticamente infinitas. Si quieres lanzar un proyecto relacionado con esta tecnología, te recomendamos que estés atento a las próximas convocatorias de Ceuta Open Future, donde podrás acelerar tu negocio gracias a una metodología única y un equipo de mentores especializado. Además, para aprender más sobre esta y otras novedades del sector tecnológico, visita nuestro calendario de eventos, repleto de charlas y cursos del Instituto Tecnológico de El Ángulo.