Crear una startup no es sencillo, son muchos los procesos que hay que seguir, algunos de ellos más divertidos y otros más tediosos. Entre estos últimos, están todos los que comprenden las regulaciones, trámites y aspectos legales para emprender un negocio. Estos, gusten o no gusten, son fundamentales para poder dar vida a tu empresa, ya que serán lo que eviten que caigas en problemas legales en el futuro. Por ello, en este post te contamos todo lo que no puedes olvidar para tener el terreno legal de tu empresa cubierto.
Qué forma legal escoger para crear una empresa
Antes de meternos de lleno en los aspectos legales que debes cumplir para crear una empresa, es importante decidir la forma legal que esta tendrá para poder fundarla. Este es el primer paso para poder dar vida a tu idea de negocio correctamente. La forma jurídica es la identidad que tu empresa tendrá legalmente y, en función de la que se escoja, tu empresa tendrá unas necesidades diferentes, como el capital inicial que hay que invertir, la afiliación a la Seguridad Social o la responsabilidad que se tiene frente a deudas. Son muchas las formas jurídicas que podemos encontrar en España, pero nos centraremos en algunas de las más comunes:
- – Sociedad Limitada (S.L). Este tipo de sociedad puede estar fundada por únicamente una persona y se requiere de un capital mínimo de 3.000 euros para poder fundarla. Limita la responsabilidad de los socios al capital que se ha aportado, es decir, el responsable no tendrá que responder con su patrimonio personal ante posibles deudas.
- – Sociedad Anónima (S.A.). En este caso, el capital mínimo asciende a 60.000 euros y la responsabilidad de los accionistas también se limita al capital que se ha aportado. Al igual que la limitada, puede estar fundada solo por una persona también. Por otro lado, se diferencia de la anterior sociedad en que el capital puede fraccionarse en acciones repartidas entre los socios.
- – Autónomos. Es la forma ideal para los pequeños empresarios. En este caso no se da vida a una sociedad. No hay que aportar un capital mínimo, no obstante, se debe tener en cuenta que el empresario tiene que responder con su patrimonio personal a posibles deudas de la empresa, algo que no ocurre con las otras dos estructuras, ya que está limitado al capital aportado. Para poder ser autónomo tiene que estar dado de alta en el IAE y en la Seguridad Social como autónomo y, además, pagar una cuota mensual.
¿Ya has escogido cuál se adapta mejor a ti y tus necesidades? Entonces, ya podemos pasar a ver los aspectos legales para emprender tu camino como emprendedor o emprendedora.
Aspectos legales clave en la creación de empresa
Ahora que ya has escogido la forma jurídica de tu empresa, el siguiente paso a tomar sería el de redactar la escritura pública de constitución, el documento que dará vida legal a tu negocio. En este, deberás incluir el tipo de sociedad que has escogido, la información de los fundadores o socios, el capital social inicial y cómo se distribuye y la voluntad de constitución de la empresa. Esto tendrá que realizarse ante un notario e inscribirse en el Registro Mercantil para que tu empresa pueda tener su personalidad jurídica y funcionar legalmente.
Hecho esto, podemos pasar a los siguientes trámites más importantes en el proceso de creación de empresa:
- – Redacta los estatutos sociales de tu empresa. Este es un documento crucial y obligatorio al constituir una empresa, ya que establece el funcionamiento de la misma, el conjunto de normas internas que la regulan, así como la distribución de las ganancias, responsabilidades de los socios, etc. Este tendrá que estar firmado por un notario.
- – Registro de la empresa. No puedes poner en marcha tu negocio sin registrarlo en el registro mercantil. Este proceso te permitirá obtener un Número de Identificación Fiscal (NIF), una denominación social y abrir una cuenta bancaria para tu empresa. En este momento es cuando tienes que hacer el ingreso del capital inicial en el caso de que el tipo de sociedad que hayas escogido lo requiera.
- – Protección de la propiedad intelectual. Aunque no es obligatorio, registrar tus marcas, productos o servicios te ayudará a proteger tu negocio de posibles plagios. La propiedad intelectual es un activo estratégico, especialmente en mercados competitivos.
- – Contratos. Asegúrate de que todas las relaciones laborales y comerciales de tu empresa estén respaldadas por contratos bien redactados y claros. Muchas veces es recomendable contar con un experto que se encargue de ello.
- – Alta en el Impuesto sobre Actividades Económicas. Tienes que darte de alta en el Censo de Empresarios, Profesionales y Retenedores, es decir, en el IAE (Impuesto sobre Actividades Económicas).
Por último, hay otros aspectos esenciales que no debes olvidar:
- – Obtén las licencias y permisos. En función de tu empresa y de su actividad, es probable que tengas que solicitar ciertos permisos y licencias. Como aquellos aplicados a la construcción de locales o licencias de apertura.
- – Cumple con la Protección al Consumidor y la Protección de Datos. Por un lado, si ofreces productos o servicios al público, debes asegurarte de que cumples con las leyes de protección al consumidor. Además, si recopilas información de tus clientes y empleados, sigue bien la normativa de las leyes de protección de datos y privacidad, como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea. Asegúrate de que la información esté bien protegida, además de que todos tus empleados sepan bien cómo deben utilizarla para garantizar la confidencialidad de los datos.
- – Otro aspecto que no puedes olvidar es que toda tu plantilla debe estar inscrita en la Tesorería General de la Seguridad Social. Además, también tendrás que comunicar al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) si tienes trabajadores a cargo de tu startup así como su tipo de contrato.
- – Obligaciones fiscales. Asegúrate de estar al tanto de tus obligaciones fiscales y contables y cumplirlas, como son el IVA, el impuesto sobre sociedades o el IRPF.
Tener una startup no solo implica innovación, creatividad y creación, sino también cumplir con este tipo de obligaciones legales para poder operar legalmente y evitar problemas. Por tanto, aunque parezca complejo, es una inversión en la seguridad de funcionamiento de tu empresa, ya que le dará una base sólida y legal para funcionar.