En un entorno volátil, cambiante y competitivo como en el que vivimos, la manera de que las empresas sobrevivan es crecer y no quedarse estancadas. El crecimiento de una empresa es lo que le va a asegurar a la misma su prosperidad, ya que es lo que le permitirá conseguir nuevos clientes, atraer más talento y lograr más ingresos, garantizando su posicionamiento sólido en el mercado a pesar de las fluctuaciones de este. En este artículo exploraremos qué es el crecimiento empresarial, sus tipos principales y cómo puede lograrse de manera sostenible.
¿Qué es el crecimiento empresarial?
El crecimiento empresarial es el proceso a largo plazo en el que una empresa amplía y mejora sus capacidades, incrementa sus ingresos y se expande en el mercado. Para lograrlo, hay unos factores que son esenciales: la innovación, el rediseño, la tecnología y el liderazgo.
Este crecimiento no es algo que suceda de repente, sino que requiere de estrategia y una planificación bien organizada. Antes de nada, es necesario analizar el mercado para tener claro el contexto comercial en que te encuentras, así como el punto en el que está tu empresa antes de iniciar cualquier estrategia. Hecho esto, debes fijar los objetivos que quieres alcanzar, reflexiona sobre qué quieres lograr con tu expansión tanto a corto, medio como a largo plazo. A la hora de definirlos ten en cuenta que deben ser concretos, realistas, medibles y tener un plazo para conseguirlos. Hecho lo anterior, es el momento de fijar la estrategia adecuada en función de los objetivos que te hayas marcado. Esta sería una manera muy resumida de cómo planificar el crecimiento de tu empresa, ahora, te contamos los tres tipos principales de crecimiento que podemos diferenciar:
- – Interno. Se produce a través de diversas inversiones y estrategias dentro del funcionamiento interno de la empresa que la llevan a ser de mayor tamaño. Dentro de este crecimiento es fundamental la innovación y la tecnología para automatizar e impulsar procesos. Algunas estrategias que podemos situar aquí son la mejora de la experiencia del cliente, adentrarse en nuevos mercados o crear nuevos productos.
- – Externo. Al contrario de la anterior, este tipo de crecimiento no depende únicamente del funcionamiento interno de tu empresa y las estrategias que se lleven a cabo, sino que este se realiza a través de adquisiciones y fusiones, estrategias que dan lugar a una expansión. Es decir, el crecimiento externo está basado en la participación o asociación con otras empresas o, en el caso de las fusiones, en su control. Este permite un crecimiento más rápido y una reducción de los riesgos. Pero también puede presentar desafíos como los relacionados con la integración de culturas corporativas y estructuras organizativas diferentes.
- – Internacionalización. Implica que tu empresa opere fuera de su país habitual, es decir, se expande su ubicación a más zonas geográficas. Es una estrategia compleja de implementar y que requiere tiempo de planificación debido a las diferencias con la cultura empresarial, el tener que estudiar mercados desconocidos, las políticas proteccionistas y arancelarias. No obstante, bien hecha puede traer grandes beneficios y posicionar tu marca en mercados internacionales.
Crecimiento sostenible de una empresa
El crecimiento empresarial es algo que se ha llevado a cabo desde hace muchos años atrás, pero ahora algo ha cambiado y es que lo que antes se hacía teniendo en cuenta únicamente los beneficios propios y el desarrollo económico, ahora se hace teniendo en mente también el cuidado del medio ambiente y el bienestar de la sociedad. Esto es lo que conocemos como el crecimiento sostenible de una empresa, un modelo que implementa prácticas comerciales éticas y responsables y que tiene en cuenta el impacto social y ambiental que una empresa puede causar durante su desarrollo. A través de este la empresa puede crecer a largo plazo pero respetando el medioambiente a través de prácticas éticas. En definitiva, es la capacidad que una empresa tiene para crecer a largo plazo sin agotar los recursos naturales y sin dañar el medio ambiente y sin comprometer la calidad de vida de la sociedad ni de las generaciones futuras.
El crecimiento de una empresa teniendo en mente la sostenibilidad permite aumentar ingresos, beneficios y tamaño, dando importancia a la reducción de la huella de carbono, minimizando los residuos y usando eficientemente los recursos. En este sentido logra un equilibrio entre crecimiento económico, responsabilidad ambiental e impacto social positivo.
En definitiva, el crecimiento empresarial es vital para garantizar la supervivencia y el éxito en un entorno competitivo. Ya sea mediante estrategias internas, externas o de internacionalización, es fundamental planificar cuidadosamente cada paso. Además, incorporar la sostenibilidad como parte del modelo de crecimiento permite a las empresas no solo prosperar, sino también contribuir positivamente al mundo que las rodea.