Inicio > Actualidad > Qué es una ronda de inversión y cómo prepararse para una 

La ronda de inversión, también conocida como ronda de financiación, se ha convertido en una de las formas más habituales de lograr capital para financiar una startup. El principal objetivo de estas rondas es poner en contacto a los proyectos con potencial de desarrollo con inversores especializados para adquirir financiación. De esta forma ambos salen beneficiados, ya que por un lado la startup logra el capital que necesita para continuar su desarrollo y los inversores, si esta crece y tiene éxito, podrán rentabilizar el capital invertido. 

Sin embargo, el acceso a una de estas rondas no te da nada por seguro, sino que para que funcione correctamente y lograr los objetivos, requieren de preparación previa y tener un plan sólido que la haga atractiva para los posibles inversores.

Ciclo de financiación y tipos de rondas de inversión

Existen diferentes tipos de rondas de inversión, en función de la etapa del ciclo de financiación en la que la startup se encuentre. De esta forma, podemos dividirlas en cuatro grupos diferentes, que coinciden con las fases por las que pasa una startup en su ciclo de vida:

  • Pre- seed. Esta es la primera fase de una startup en la que solo se tiene la idea que está tomando forma, pero no hay nada aún definido. El capital necesario para esta etapa es mínimo y no se suele acudir a inversores externos, sino que suele proceder de los ahorros de los fundadores o de su círculo cercano, lo conocido como Family, Friends and Fools. En este momento es cuando el capital invertido corre más riesgo, ya que es cuando más incertidumbre hay acerca de la viabilidad y éxito futuro de la idea de negocio.
  • Seed. En esta fase el proyecto ya ha logrado encajar el product-market-fit. Además de inversión propia o del círculo cercano, en esta etapa también aparecen los business angels, aceleradoras y el crowdfunding.
  • Early. La startup ya tiene más potencial de crecer, comienza a tener sus primeros clientes y quiere seguir mejorando. Dentro de esta, hay dos tipos de rondas:
    • 1. Serie A. Esta puede ser la primera gran ronda a la que se enfrentan las startups. Se financia el desarrollo del producto, aumentar el equipo y potenciar el crecimiento de la startup.
      • 2. Serie B. Esta es una financiación más avanzada que llega cuando ya se tiene una startup rentable y más consolidada, está enfocada en impulsar el valor de la empresa, así como en escalar el modelo de negocio.
    • Growth. Esta es la etapa de crecimiento en la que la startup ya ha madurado y está consolidada. Dentro de esta encontramos las rondas de inversión de serie C y posteriores. En esta la empresa continúa creciendo y escalando y lo que se busca es poder financiar una expansión a nivel internacional, adquisiciones, crear nuevos productos o incluso su salida a bolsa.

En cada una de estas etapas y en cada uno de los tipos de rondas de inversión, los inversores e inversoras que se encontrarán serán diferentes, en función de las necesidades de la startup y de la cantidad de financiación que necesiten. En este sentido, es común que en la serie A y B destaquen los business angels y los fondos de “venture capital”, mientras que en la C y posteriores se suman también los bancos o “hedge funds” (en español, fondos de inversión alternativa).

¿Cómo preparar una ronda de inversión?

Cuando un emprendedor o emprendedora detecta la necesidad de financiación para poder seguir desarrollando su proyecto, sea cual sea la etapa en la que se encuentre, una de las opciones que tiene es la de ponerse en marcha para una ronda de inversión.

Es entonces cuando la persona emprendedora realizará un plan de acción en el que defina cuánto capital necesita para esas necesidades específicas que tiene. En este plan debes ser muy claro y transparente sobre lo que se necesita y cómo se utilizará la inversión. Pero no solo debes preparar esto, sino que también tienes que pensar en las condiciones que vas a ofrecer a los inversores, quienes pasarían a ser socios de tu startup en el caso de realizar una inversión. Para que esto funcione, esas condiciones que ofrezcas deben ser atractivas, por tanto, piensa bien en factores como, por ejemplo, qué grado de decisión tendrán, si tendrán o no derecho de uso de las soluciones desarrolladas, etc.

En esta planificación previa también debes preparar un pitch que sea breve y eficaz, en el que muestres algo que de verdad atraiga para poder demostrar que tiene futuro y que vale la pena invertir en el proyecto, mostrando durante tu presentación credibilidad y confianza. 

Por último, en algo tan importante como es una ronda de inversión, lo hablado y pactado no debe quedar en el aire como un trato informal. Por ello, el resultado de las negociaciones debe formalizarse en un documento legal llamado Pacto de Socios, que detalla los acuerdos y regula el funcionamiento de la relación entre fundadores e inversores. Además, antes de firmar este pacto también debe realizarse una empresa tercera y ajena a ambas partes, deberá realizar una auditoría de la startup con el objetivo de garantizar que no tiene ninguna deuda o problema que puedan interferir y complicar la inversión. Finalmente, si está todo en orden, se pasará a firmar el pacto.

En definitiva, las rondas de inversión son un paso esencial en el crecimiento de muchas startups, pero para lograr los objetivos propuestos es importante una preparación adecuada y una propuesta atractiva. Y tú, ¿ya estás listo para enfrentarte a una ronda de inversión y lanzar tu startup hacia nuevas oportunidades?

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